Odio el melodrama. Lo sabes bien. Hoy, sin embargo, la casa me queda grande. A despecho de todo lo que hice se sigue exponenciando ante tu ausencia. Encendí, sin pudor decibélico alguno el modular con la música que más disfruto intentando desterrar el silencio. Prendí todas las luces para evitar el asalto de los recuerdos. Si no tendí la cama fue no por rebeldía, sino para que fuera menos terrible el vacío que desola esa otra mitad. Por más fuerte que ponga la música, por más luz que inunde las salas, por más excusas que interponga para entrar a “nuestra” alcoba, estás por todos lados. No puedo esconderme. Tropiezo con tu voz, con tu risa, con tus pasos. Te escucho murmurar. Todo huele a ti…
domingo, janeiro 14, 2007
Hades tras la ida de Perséfone
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4 comentários:
Y eso que no te gusta, imaginate si te gustara... Ayyyy dolor, que rico dueles!!!!!!!!!!!!
Ave María Purissima sin pecado concebido
Ese dolor se ha ido de mi ... el ya no me duele ... ahora lo que me duele es la ausencia de esa mitad ... Eso solamente, Eso.
-Glad
me encuentro esperando, con las luces prendidas y el gato maullando...paf.
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