quarta-feira, outubro 10, 2007

El Dorado


El camino ha sido predecible, periódicamente desconcertante, pero concienzudamente dolorido. He guiado mis pasos convocando cualquier azar, esforzando casualidades que aparecían porque quise verlas. Estoy cansado.
Las estrellas no son ningún alfabeto, sino consuelo de una noche tan vacía como la cara de la luna que me es especular y ajena. Días y días afila, mi insomnio y cada vez soy más invulnerable a tus noticias.
¡Tú cada vez más lejano!; yo no sé más cómo preguntar por ti.
Mi voluntad tropieza.
Mi lengua se pone.

2 comentários:

Anônimo disse...

Corazón,
Parece que tu naciste para tristear; es tu estado natural...

No sé si será porque estamos en Octubre, chido mes, pero el poema me recuerda al nuevo sencillo de la Trevi.
Chécalo en http://www.youtube.com/watch?v=KSxEn2j3uqg

Besinhos
Elizabeth

A. disse...

y... nomás pregunta, that's it.