sexta-feira, setembro 19, 2008
Neumática personal II
Caminar ahora es hacerlo sobre lienzos en alzamiento. La furia de los vientos azuza a debruzarse, a replegarse a esta voraz gravedad. Yo, en cambio, prosigo. Pienso en las nubes; planeo hacia ti.
quinta-feira, setembro 18, 2008
Desvelo
La noche. En sus ecuaciones oscuras, en sus invitaciones indolentes, en su silencio en escalada, en toda su descompañía... hoy me promete, me obliga a pensar(te).
Me desvelan el misterio de tu voz y la posibilidad de tus manos.
Me desvelan el misterio de tu voz y la posibilidad de tus manos.
terça-feira, setembro 16, 2008
Te quiero, México...
La mejor manera de valorar lo que nos ha dejado una fiesta o cualquiera otra celebración es sondear la levedad del silencio que la sucede: su habitabilidad. Allí es fácil determinar la tonalidad de los saldos: o bien tenemos números rojos, o bien las reconfortantes cifras oscuras.
Desde hace tiempo ya no hay silencio vivible en México. Las cosas que han venido ocurriendo nos han despojado de toda posibilidad de respirar. Como golpes alevosos y certeros no hemos sido incapaces de asimilar el alcance de uno, cuando ya tenemos el aturdimiento del otro encima. Lejano es ya el tiempo en que pensábamos en guerrillas, atentados, violencia y muertos como glosario de una realidad lejana y de fisonomía indefinida que pululaba del otro lado del televisor, del radio.
El dolor nos ha gritado desde nuestra propia piel que México ya no es atmósfera que podamos habitar. Al lado del estupor, están la rabia, la tristeza: qué hemos hecho con el país, dónde esta el México pacífico del que nos sentíamos tan orgullosos y en el que vivíamos, sino plenos, modestamente felices hasta hace unos años... Qué podremos hacer ahora...
El atentado horroroso en la Plaza de Armas de Morelia parece haber asfixiado cualquier optimismo sobre el futuro próximo. Quienes accionaron las granadas en plena celebración de nuestra independencia contra mexicanos como cualquiera de nosotros, lo hicieron conscientes del simbolismo que su acto entrañaba. Atentaron contra todos nosotros, contra México, contra el proyecto que construimos las personas que trabajando día con día soñamos en hacer de este lugar el sitio más próximo a nuestros sueños. Desangraron nuestra fiesta, nuestra alegría, pero no podrán contra nuestros sueños.
A semejante cobardía debemos hacerle frente no con silencio o miedo, sino uniéndonos y exigiendo resultados de quienes nos gobiernan, creyendo más que nunca en el sueño que comenzó hoy hace casi 200 años con no pocos dolores y sacrificios.
TE QUIERO, MEXICO, TE QUEREMOS DE VUELTA.
CREO, CREEMOS MUCHO EN TI...
Desde hace tiempo ya no hay silencio vivible en México. Las cosas que han venido ocurriendo nos han despojado de toda posibilidad de respirar. Como golpes alevosos y certeros no hemos sido incapaces de asimilar el alcance de uno, cuando ya tenemos el aturdimiento del otro encima. Lejano es ya el tiempo en que pensábamos en guerrillas, atentados, violencia y muertos como glosario de una realidad lejana y de fisonomía indefinida que pululaba del otro lado del televisor, del radio.
El dolor nos ha gritado desde nuestra propia piel que México ya no es atmósfera que podamos habitar. Al lado del estupor, están la rabia, la tristeza: qué hemos hecho con el país, dónde esta el México pacífico del que nos sentíamos tan orgullosos y en el que vivíamos, sino plenos, modestamente felices hasta hace unos años... Qué podremos hacer ahora...
El atentado horroroso en la Plaza de Armas de Morelia parece haber asfixiado cualquier optimismo sobre el futuro próximo. Quienes accionaron las granadas en plena celebración de nuestra independencia contra mexicanos como cualquiera de nosotros, lo hicieron conscientes del simbolismo que su acto entrañaba. Atentaron contra todos nosotros, contra México, contra el proyecto que construimos las personas que trabajando día con día soñamos en hacer de este lugar el sitio más próximo a nuestros sueños. Desangraron nuestra fiesta, nuestra alegría, pero no podrán contra nuestros sueños.
A semejante cobardía debemos hacerle frente no con silencio o miedo, sino uniéndonos y exigiendo resultados de quienes nos gobiernan, creyendo más que nunca en el sueño que comenzó hoy hace casi 200 años con no pocos dolores y sacrificios.
TE QUIERO, MEXICO, TE QUEREMOS DE VUELTA.
CREO, CREEMOS MUCHO EN TI...
Assinar:
Postagens (Atom)