- "Why I always become the dictionary/encyclopaedia of every guy I am/was interested in dating?" -le pregunté, entonces, a Borges, cuando el mate comenzaba a escasear en mi taza y había desaparecido prácticamente de la suya, rodeados por su biblioteca de su casa en Buenos Aires.
- "Bueno" -me respondió Borges (que en realidad era Dios)- "es que no eres ni una enciclopedia ni un diccionario, eres uno de esos libros raros en los que se ha depositado no sólo mucho conocimiento, sino todo el talento para amar; sin embargo, estás escrito en carácteres especiales y, por ende, necesitas a alguien -como tú- bastante especial para poder interpretarte, leerte y traerte a la otra vida, a esa que da el amor..."
- Ah, o sea que necesito un paleógrafo- dije yo, mostrando (una vez más) involuntariamente mis conocimientos.
- ¡Sí, un paleógrafo excepcional! ¡Y de esos quedan muy pocos, Ernesto!- concluyó Borges, frunciendo el ceño, como tratando de recordar algo, mientras me estechaba el hombro y comenzaba a regalarme una sonrisa con destellos de esperanza y consuelo.
- Sí, no todo está perdido -le dije yo sintiéndome húmedos los ojos.
- Eres un gran personaje. Ojalá pudiera escribirte- fue lo último que escuche decirle. Entonces, desperté.
[Dedicado a Óscar-desde-Hidalgo]
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2 comentários:
San Borges habla en sueños
A mi me dijo que le pusiera más lubricante a mis dildos
Borges miente!
Lo que necesitas es alguien con la disposición de leerte y entenderte. Y, quizás, debas reescribirte cuando no te entienda.
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