
Mi sueño de nosotros, Sehrazad desahuciada, temblando frente al filo de verdades de tu cimitarra.
No. No podré hacerlo desde la tierra de los Grandes Lagos. Por lo menos, no ahora. No obstante, declaro que éste es el comienzo de la nueva errancia. La errancia no de los senderos físicos ni de los paisajes temporales, sino la del largo camino hacia un lugar que sólo la escritura misma conoce. Se aventura, pues, este descendiente de kickapúes en la senda incierta de las palabras, en el abismo de la creación. Se divisa un nuevo Nacimiento. ¡Jao! ¡Qué así sea!
Um comentário:
A mí me gustan los bordados hechos de sueños, generalmente duran más que los de tela. Un abrazo.
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