Aquí nomás tristeando...
Hoy no ha sido un día de los más halagüeños. No he hecho mucho. Tampoco tengo grandes ánimos para ponerme a trajinar por el departamento e iniciar la inaplazable rutina de limpieza de los fines de semana. Se acumulan los platos en el fregadero y la ropa sucia en la cesta. Todo pide a gritos mi atención y, así, exigiendo mi intervención, los desoigo y decido que hoy no voy a hacer nada.
Lo que tengo es pura tristura. No siento tristeza, sino lo otro: tristura. La tristeza tiene una causa palpable, un motivo visible. Es, en cierta forma, la expresión de una frustración, la posibilidad de la impotencia, el olor que ronda los umbrales definitivos...
La tristura, en cambio, es una mezcla de nostalgia y melancolía. No posee una referencialidad temporal específica. Habita, para ser preciso, en los terrenos vastísimos del subjuntivo (presente, pretérito y/o futuro). Ni siquiera implica el llanto. A veces la tristura convoca sonrisas, a veces lágrimas. Unas veces nos hace sentir vacíos, otras nos colma. Siempre, no obstante, nos hace mirar a un tiempo hipotético que, por el hecho de ser inasible, nos parece irremediablemente perdido, a pesar de que nunca se hubo materializado.
La tristura, pues, evoca el color de los sueños, la música de las ilusiones, el aroma de los anhelos e, implacable, nos recuerda irremediablemente el exilio que sufrimos y sufriremos de todo aquello por lo que suspiramos sintiéndola a ella, a la tristura...
En fin, sigo aquí... aquí nomás tristeando pura tristura...
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3 comentários:
Saudade...
alégrate, mamacita
gueeeeeeeey, animo, si ya somos parte de la gira taki, taki
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