segunda-feira, abril 30, 2007

¡Feliz día del niño!


El 30 de abril se celebra el día del niño en México. Es un gran día cuando se es pequeño. ¡Oh sí! Recuerdo que en el colegio siempre organizaban una kermés para festejarnos. Ese día nadie llevaba uniforme y entrábamos a clases un poco más "tarde" (es decir, media hora). De hecho, sólo teníamos clases hasta antes del recreo porque ya después todo era fiesta. Los patios del colegio se llenaban de montones de puestecitos de comida (¡cómo extraño los elotes asados y en mazorca sólo con limón y sal, los chicharrones de harina, los churritos o los cacahuates japoneses marinándose en salsa Valentina... los fritos con queso amarillo fundido y rodajas de chile jalapeño!), golosinas, aguas frescas (¡la de jamaica!), paletas y helado (de nuestra Paletería siempre, por supuesto) y también de una cantidad de juegos (entre ellos juegos mecánicos) con los cuales distraerse que lo que faltaba eran ojos y tiempo para poder disfrutarlos todos. Nada pagábamos con dinero directamente, sino que cambiábamos nuestro dinero (aquellos nuestros pesos hiperinflados, ésos que tenían multitud de ceros) por fichas en el banco de la kermés y ya con eso podíamos acercarnos y comprar lo que se nos viniese en gana. ¡Ah!, por cierto, también había puestecitos donde casaban/cazaban. Era típico que te forzasen a casarte con otra chavita que tampoco quería hacerlo. Era algo muy tonto -lo sé-, pero nos parecía chistoso y hasta divertido. Todo el mundo hacía bulla y, obvio, el beso nunca se consumaba porque, entonces, eso de besarse nos daba asco...
Una cosa recuerdo con especial claridad y con muchísima ternura. Siempre, pero siempre tanto mi hermana como yo estrenábamos ropa y zapatos para este día. Mi mamá se encargaba de llevarnos a comprar nuestros estrenos unos días antes en las -entonces prestigiosísimas- tiendas del centro de Monclova para enviarnos radiantes a nuestras respectivas kermeses. Gaby a la del Colegio Guadalupe Victoria y yo a la del Colegio México-Americano. Nunca dejamos de estrenar mientras fuimos niños y celebramos el 30 de abril. Lo mejor era que el regalo era aparte. ¡Además de estrenar, nos daban regalos, mis papás!
¡Tiempos increíbles aquellos sin duda!
Hoy, sin embargo, a mi lozanísima edad de veintitantos (lo que se ve, no se pregunta) me tocó también estrenar inesperadamente. Mi amigo Óscar, desde el Valle de Texas (ese lugar al que me ligan tantos recuerdos lindos cosechados durante unos pocos días del verano de hace un año), me envió una (anheladísima) pulsera hecha por su hermana Abril que me confirma dentro del círculo de sus amigos más cercanos. Valoro el detalle muchísimo. Llevaré mi pulsera siempre con mucho cariño. ¡Gracias, Óscar!
¡Feliz día del niño para todos!

5 comentários:

Anônimo disse...

eey feliz dia del niñojiji ya eres miembro del club de la pulsera de i love jiiji

Anônimo disse...

Si, si lo recuerdo perfectamente... que tiempos aquellos.

Quiero comerme una sandia con chile y limón como la que comprabamos en el colegio a la salida. :)

Óscar Ávila disse...

Ese recorrido por las frituras llenas de salsa me hizo salivar. Por cierto, la animadversión por besar chavitas nunca se me quitó... jeje. Feliz día del niño para ti también. Un abrazo.

Anônimo disse...

Dice "I love Pau"?
Dime por favor que no estamos hablando de la Rubio!! =/

Que bueno que el día del niño te trae buenas vibras. Ahora yo celebro el del adolescente, je.
Besitos

Akaotome disse...

miss p...
a estas alturas del partido deberías saber que para entrar al templo sagrado de paulina rubio, debes dejar tus zapatos en la puerta...